Comunidad Valenciana

González Pons, el 'mensajero' de Génova que avisó del final del PP de Camps, marca ahora distancias con Mazón

El jefe de la delegación del partido en el Parlamento Europeo agita la vida interna del PP valenciano 16 años después y desata las especulaciones sobre Mazón

  • Esteban González Pons, en el congreso del PPE en Valencia -

Esteban González Pons ha vuelto a irrumpir en la escena del Partido Popular de la Comunidad Valenciana (PPCV) en un momento de máxima incertidumbre sobre el futuro político del actual presidente de la Generalitat, Carlos Mazón. Su participación el pasado miércoles en la reunión en Bruselas con tres asociaciones de víctimas de la dana finalizó con una petición pública de perdón y marcaba claramente distancias con la gestión del Gobierno valenciano.

"Hemos empezado pidiéndoles disculpas, personalmente, si en algún momento ellos han pensado que nosotros, cada uno de nosotros, no hemos estado a la altura; hemos escuchado su relato y hemos entendido su situación", decía González Pons. Eran palabras muy medidas que se han recibido como una cierta premonición del futuro de Mazón, tanto en el entorno del presidente como en el PPCV que ya ha vivido situaciones similares.

Crisis de calado

El político valenciano es considerado a nivel interno como el 'mensajero' de Génova en su territorio cuando hay crisis de calado. Lo fue hace casi ya 16 años cuando durante el día grande de la Comunidad Valenciana (9 d'Octubre de 2009) y en plena ebullición del caso Gürtel pronunció la célebre frase de "las decisiones se toman cuando el tiempo político marca. Hoy es 9 d'Octubre, fiesta en Valencia, pero  la fiesta se acaba a las 16.00 horas". Era el encargado de la comunicación por parte de la dirección nacional.

Esta advertencia se dirigía al entonces secretario general del PPCV, Ricardo Costa, quien se revolvió asegurando que "la fiesta en el PP no se acaba nunca". El aviso de González Pons era en realidad una orden y cinco días después Ricardo Costa caía.

Más tarde, el 20 de julio de 2011, quien dejaba paso al frente de la Presidencia de la Generalitat fue el propio Francisco Camps a quien González Pons no acosó de la manera que hizo con Costa al ser consciente la dirección nacional del partido de que descabalgar a un barón autonómico con mayoría absoluta era una cuestión más delicada.

Larga trayectoria

Entre su paso por el Senado, la Generalitat Valenciana, el Congreso, y las idas y venidas al Europarlamento, González Pons aún tuvo que encarar una crisis, en este caso nacional, cuando fue designado para presidir el Comité Organizador del Congreso extraordinario del PP. El encargo llegaba tras la salida traumática de Pablo Casado, en un cónclave que encumbró al actual presidente nacional del PP, Alberto Núñez Feijóo.

Con el político gallego, González Pons, mantiene una relación estrecha por lo que en cuestiones orgánicas se puede considerar que habla por boca, casi siempre, del presidente nacional. El eurodiputado explicaba que en la reunión con las víctimas de la dana hubo “afecto, humildad y empatía que hemos querido transmitir, que no es solo de nosotros tres (en refrencia también a las otras dos eurodiputadas presentes), es también de Alberto Núñez Feijóo”.

A Mazón no lo nombró en ese mensaje sobre la recepción a las víctimas pero sí para explicar que "me consta que el Partido Popular valenciano y que Carlos Mazón está dispuesto a recibirlas. Ojalá que eso suceda pronto”. Una frase, como la dirigida a Costa, que dejaba a las claras que la dirección nacional marca distancias con el actual presidente valenciano.

Perciben un fin de ciclo

Esta cuestión ha dejado en 'shock' al PP valenciano y en la sesión de control del pasado jueves sus diputados se debatían entre la incertidumbre y un cierto 'olor' a "fin de ciclo", en palabras de muchos de los consultados por Vozpópuli, conscientes de que cuando un presidente nacional decide una cuestión en el orden interno es muy difícil darle la vuelta.

Como le sucedió a Francisco Camps durante año y medio hasta su salida, el Gobierno de Carlos Mazón (por motivos muy diferentes) se encuentra en una encrucijada similar. Si finalmente el jefe del Consell decide dar un paso al lado todo tendrá que pactarse, según las fuentes del partido consultadas por este medio.

Los Presupuestos de la Generalitat Valenciana que se aprueban el 29 y el 30 de mayo marcan un primer hito destacable para Carlos Mazón para justificar el apuntalamiento de la reconstrucción a la que ha fiado (también Feijóo) su continuidad en el cargo. El congreso nacional del partido a principios de julio será otra prueba de fuego para comprobar el apoyo de Génova al presidente valenciano.

Muchas similitudes

Son muchos los dirigentes del PPCV que observan muchos "paralelismos" entre lo sucedido hace poco más de una década con la situación actual. Dos presidentes nacionales gallegos, el mismo 'mensajero' y un ciclo electoral incipiente.

Camps dijo el día de su claudicación que lo hacía porque "no puedo ser el más mínimo obstáculo para que la voz clara y nítida de Mariano Rajoy y del PP llegue a los 46 millones de españoles", mientras insistía en que su imputación (por el caso de los trajes) era una "gran mentira" y "barbaridad". Luego fue absuelto, como en el resto de causas.

Aforamiento y congreso

Si Mazón decidiera dar ese paso está por ver cuáles serían las condiciones del sacrificio. En el horizonte asoma la intención del mantenimiento, lógico a la vista de la instrucción de la juez de la dana, del aforamiento (más probable reteniendo su acta de diputado autonómico y sólo pudiendo ser investigado por el TSJ valenciano que 'emigrando' hacia el Senado con el aforamiento ante el Supremo).

No es menor el hecho de quién sería la persona de transición. Alguien de su confianza parece lógico en esa situación. Camps no la tuvo porque al testimonial paso de Paula Sánchez de León, en funciones al frente del Consell, le siguió la llegada de Alberto Fabra (que no era de su 'cuerda' política). Y bien que se ha notado en los años posteriores.

El número 2 de Mazón en el PPCV, Juanfran Pérez Llorca, sí podría reunir ahora esos requisitos y hacer de puente hacia la designación de un candidato o candidata para 2027 que, eso sí, se puede asegurar que no será Mazón.

El alcalde de Finestrat y portavoz en las Cortes se podría hacer también cargo de una eventual gestora porque no hay congreso regional a la vista para evitar debates internos en un partido que no tiene la erosión de la marca (algo que sí sucedió con el caso Gürtel) pero sí sufre el agobio de su líder desde el fatídico 29 de octubre.

Llegado el momento, las mismas fuentes consultadas, barruntan que la dirección nacional apostaría por quien mejor salga en las encuestas (algo habitual) y en ese escenario nombres como el de María José Catalá o la vicepresidenta primera del Consell, Susana Camarero, parecen emerger con más fuerza que el resto.

La alcaldesa de Valencia se descarta públicamente para la carrera autonómica y quiere amarrar el Ayuntamiento de Valencia pero la voluntad de Alberto Núñez Feijóo estará por encima de cualquier otra consideración. El PPCV vuelve a sentirse 'tutelado' y por eso dirigentes como el propio Juanfran Pérez Llorca han reivindicado, de momento, ese "derecho a decidir sobre los futuros dirigentes". Y en eso parecen estar unos y otros, en la solución final.

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