Los fondos europeos Next Generation han impulsado la inversión en España, especialmente la pública, pero no han bastado para cerrar la brecha con el promedio de la Unión Europea (UE). Es, de hecho, el Estado miembro en el que tiene menos peso en relación al Producto Interior Bruto (PIB).
Frente al 3,6% del PIB que representa la inversión pública en el promedio de la Unión Europea, en España se limita al 2,6%. Es un punto de diferencia. Esto significa que, para equiparar el nivel de inversión pública al de la UE, harían falta unos 15.000 millones de euros adicionales al año.
Esta brecha la han puesto en evidencia tanto el Banco de España, en su último informe anual de 2024, como el Instituto de Estudios Económicos (IEE), 'think tank' de CEOE. Y ambos destacan su importancia: "La inversión pública se considera una palanca fundamental para impulsar el crecimiento económico a medio y largo plazo".
Aunque la inversión pública en España ha ganado tracción gracias a los fondos UE Next Generation, siendo uno de los países más beneficiados con esta financiación (puede captar hasta 163.000 millones de euros), resulta llamativo que no ha ganado ventaja respecto al resto de Estados . Así lo reflejan los datos de la oficina estadística europea, Eurostat.
En 2019, antes de la pandemia y la inyección multimillonaria de fondos europeos para superarla, la inversión pública en España representaba el 2,2% del PIB, cuatro décimas menos que en 2024. En el promedio de la UE la inversión pública ha avanzado en la misma medida, aumentando su peso en el PIB en cuatro décimas, del 3,2% en 2019 al 3,6% en 2024.
De hecho, en 2019 España estaba en el vagón de cola, pero no era el último país en este ámbito. En peor posición estaba Portugal, con un nivel de inversión pública que sólo representaba un 1,9% de su PIB. Sin embargo, los avances en el país vecino han sido superiores, representando ya en 2024 el 2,7%, ocho décimas más.
Desde el Instituto de Estudios Económicos advierten de que España debería incrementar la inversión pública en 15.000 millones para reducir la brecha con la Unión Europea. Es más, dado que el PIB per cápita español es inferior al promedio de la UE, el aumento necesario debería ser aún mayor para igualar, en términos reales, la inversión.
La falta de Presupuestos lastra la inversión
El hecho de que una parte sustancial de esta inversión se haya financiado con fondos europeos y que esta financiación sea temporal (finalizan en 2026) plantea interrogantes sobre su sostenibilidad futura. Esto obliga a diseñar nuevas vías de financiación que permitan mantener el esfuerzo inversor y avanzar en objetivos estratégicos como la digitalización y la transición ecológica.
En este sentido, advierten de que la prórroga presupuestaria en la que está sumida España desde 2024 no ayuda. Pese a la falta de unos nuevos Presupuestos se ha generado un aumento de gasto corriente (remuneración de asalariados, consumos intermedios, pensiones, y gasto en intereses), pero no tanto de la formación bruta de capital (inversión pública).
En 2024 los gastos avanzaron un 6,2%, ligeramente por debajo de los ingresos (7,1%), y crecieron con especial intensidad los pagos por intereses (9,2%), las prestaciones sociales (6,8%) -pensiones y prestaciones por incapacidad temporal- y el consumo público (4,8%). En cambio, la inversión pública "tuvo una evolución mucho menos dinámica y retrocedió un 4,5%", destaca el Banco de España en su informe anual.
En 2025 se estima un aumento del gasto corriente de unos 30.000 millones, la mayor parte por remuneración de asalariados y pensiones, frente al estancamiento de la inversión pública, según el Instituto de Estudios Económicos en base a datos de la Intervención General de la istración del Estado (IGAE) y de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF).
Además, el servicio de estudios de CEOE advierte que ha sectores, como el de la construcción o el inmobiliario, que son "altamente sensibles" a la estabilidad política y económica, y pueden verse afectados por la "incertidumbre jurídica" derivada de la prórroga presupuestaria. Esto implica una limitación adicional sobre la necesaria inversión, tanto pública como privada, en vivienda.
Mantener las infraestructuras públicas
Finalmente, el IEE destaca que una parte considerable de la inversión pública en España no se orienta a la creación de nuevo capital, sino a la conservación del ya existente. Mantener en buen estado las infraestructuras públicas -por ejemplo, las carreteras- requiere de una inversión mínima que compense la depreciación provocada por el paso del tiempo y el uso intensivo.
Esto significa que, incluso destinando cuantías importantes cada año, no necesariamente se está ampliando la capacidad productiva del país, sino simplemente evitando que el capital acumulado se deteriore. Para mantener el stock de capital público en el 40% del PIB, el 'think tank' de CEOE calcula que se deberían invertir 7.000 millones de euros más al año.
Por tanto, España no solo presenta niveles de inversión pública inferiores a los de sus homólogos europeos, sino que, además, afronta el riesgo creciente de una obsolescencia de su capital público, lo que, advierten, "impacta negativamente en su competitividad, en el crecimiento de la productividad y en la calidad de vida de los ciudadanos".
cvidosa
28/05/2025 10:43
El problema es que el estado español, solo ve la inversión en Mandril, aunque sean fonds next generation, hay que devolverlos, por eso solo se utilizan los fondos necesarios para Mandril, el resto de comunidades está para pagarlos