Sucesos

Irán, Rusia y otras ejecuciones en España que alertan de una "porosidad preocupante"

El caso del ucraniano Andreiy Portnov amenaza con ampliar una macabra lista de posibles "crímenes de estado" cometidos en nuestro país

  • Policías en el lugar donde asesinaron a Andreiy Portnov -

Las calles de nuestro país, uno de los más seguros del planeta, han sido testigos en los últimos tiempos de ejecuciones propias de las películas de espionaje y servicios secretos más truculentas. Por el momento, en el caso del expolítico ucraniano Andreiy Portnov, su influencia política es sólo una hipótesis que explicaría su asesinato, aunque este no es un caso aislado. Hasta la fecha, países como Irán o Rusia ya han dejado su firma en España eliminando a sus infieles valiéndose del crimen organizado.

Un disparo a plena luz del día en el barrio de Salamanca, uno de los más exclusivos de Madrid. En ese caso, el exdirigente político Alejo Vidal-Quadras sobrevivió gracias a un milagro. Seis tiros en la rampa de su garaje en la costa alicantina. Peor suerte corrió el piloto de helicópteros militares ruso Maxim Kuzminov, desertor de su país en plena guerra con Ucrania. En menos de dos años, al menos dos asesinatos -tres si acaba sumándose el de Portnov- ideados, presuntamente, por las cloacas de terceros países para ejecutarse en nuestro país.

"La porosidad es procupante". Lo afirma con un tono contundente el analista de seguridad Chema Gil, quien advierte a Vozpópuli de que "convendría saber" si existe una "brecha de seguridad" que, de alguna manera, facilita la ejecución de "crímenes de estado" en nuestros barrios y frente a nuestros colegios, donde ya eran "recurrentes" los ajustes de cuentas ejecutados por sicarios y vinculados al narcotráfico.

En el caso de Vidal-Quadras se sigue la pista iraní después de que él mismo, tras su fallido asesinato, señalase al régimen de los ayatolás por su frontal oposición al mismo. Rusia, por su parte, dejó su firma en los casquillos de bala que se recogieron junto al desertor Kuzminov, aunque por el momento ninguno de sus autores ha podido ser detenido y la investigación continúa abierta. El piloto fue asesinado con el mismo tipo de munición que emplearon los sicarios del Kremlin para matar, en 2015, a Boris Nemtsov, vicepresidente del país durante la era de Yeltsin

Maxim Kuzminov, el piloto desertor ruso

Los "tentáculos" del crimen organizado para contratar asesinos "profesionales"

Una fuente policial acostumbrada a investigar a los "peces gordos" del crimen organizado explica que España es un destino ideal para perfiles como los de Kuzminov o Portnov, exiliados en pleno conflicto, porque pueden "integrarse" y "pasar desapercibidos" en las pobladas comunidades de ciudadanos de Europa del Este que viven en nuestro país. Era el caso del piloto ruso, que se asentó en una lujosa urbanización de Villajoyosa, al norte de la provincia de Alicante, donde hay una importante colonia de compatriotas. Pese a que llegó allí con una identidad falsa, pudo pecar de imprudente y acabó siendo ejecutado en la rampa de su garaje: "Apostó todo a que lo mataran".

No obstante, la misma fuente policial puntualiza que el crimen organizado, a quien los estados suelen encargar este tipo de ejecuciones, tiene los suficientes "tentáculos" en nuestro país como para encontrar este perfil de asesinos "profesionales".

En agosto de 2023, Kuzminov recorrió casi 100 kilómetros desde que salió de su país en un helicóptero Mi-8 hasta que aterrizó en un helipuerto de la ciudad ucraniana de Járkov tras pactar su deserción con las autoridades de Kiev. La operación fue orquestada durante unos seis meses por los servicios de inteligencia y, posteriormente, fue gratificado con medio millón de dólares. En España, encontró la muerte.

 


 

 

 

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