Cultura

'La isla de los faisanes': thriller sobre emigración en el islote que comparten España y Francia

Asier Urbieta dirige esta película, protagonizada por Jone Laspiur y presentada en la pasada edición del Festival de Málaga

  • Fotograma de 'La isla de los faisanes' -


La isla de los faisanes es un islote situado en el río Bidasoa, frontera natural entre España y Francia, que separa los municipios de Hendaya e Irún. Los dos países comparten la soberanía de este territorio insular de apenas 6.800 metros cuadrados desde hace más de un siglo. Así, entre febrero y julio es España el país que controla este condominio -el más pequeño del mundo-, mientras que Francia es soberano entre agosto y diciembre. 

Más allá de su importancia histórica -fue allí donde, por ejemplo, se firmó el Tratado de Paz de los Pirineos en 1659- es en la actualidad uno de los puntos fronterizos más importantes para quienes viajan de África al norte de Europa, y también escenario de las tragedias que viven quienes quieren encontrar más allá de las fronteras españolas un futuro mejor. 

Este fue el contexto que llamó la atención del cineasta Asier Urbieta, que escribe y dirige La isla de los faisanes, un thriller dramático en el que Laida y Sambou, una pareja de la zona que un día, mientras pasea por la orilla del río, se da cuenta de que una persona se ahoga. Días más tarde, aparece un cadáver. 

"Leí una noticia en un periódico de una persona negra que se había ahorcado enfrente del río Bidasoa. Investigué y la red de acogida de Irún me dijo que aquello no era un hecho aislado", cuenta a Vozpópuli el director de esta película, de los productores de As bestas y Robot dreams, que tuvo su puesta de largo en la pasada edición del Festival de Málaga y acaba de llegar a los cines. 

"La frontera del Bidasoa se ha convertido en un límite muy importante para la gente en el tránsito de África al norte de Europa y el camino para llegar hasta Irún es muy largo, han cruzado el desierto, el Mediterráneo y una vez que están en Europa creen que ya no va a haber más fronteras. De repente se encuentran con la frontera del Bidasoa, y no pueden pasar porque hay controles permanentes de la policía sa", cuenta este director sobre este lugar, cuyos controles fronterizos se recrean con todo detalle.

El caso real al que hace alusión es el de un hombre que, en un camino largo en el que ha sufrido mucho desgaste psicológico, se ahorcó en el río. Entretanto, otras seis personas se ahogaron en el río y tres fueron arrolladas por el tren. "Sentí la necesidad de hacer una película para hablar sobre esto", cuenta. 

Jone Laspiur (premio Goya por su papel en Ane) y Sambou Diaby interpretan a una pareja que reacciona de forma muy diferente cuando ve a unos emigrantes en el río que necesitan ayuda. "Cada uno refleja dos posicionamientos reales que se dan en la vida: el activo y el pasivo. Apela directamente al espectador. Las dos son válidas y completamente entendibles porque la decisión de echarse al río para salvar a dos personas está contaminada por muchas cosas, ya sea la biografía pasada o los privilegios que uno pueda tener o no", cuenta la actriz. 

El personaje de Diaby, en cambio, tiene "mucho más que perder" y el espectador puede intuir que su familia tiene un pasado doloroso. Él mismo cuenta que su padre cruzó el desierto y el Mediterráneo, y que le llevó casi dos años llegar a Pamplona, el lugar en el que él nació. "Si mi padre, en vez de quedarse aquí hubiera querido ir a París, habría estado en esta situación", ha resaltado este actor, que interpreta a un personaje que también se inspira en sí mismo. 

Tragedia en la frontera

"Queríamos subrayar esa capa de la sociedad civil, porque hay mucha solidaridad. Son las leyes las que traen estas consecuencias tan trágicas por el simple hecho de crear una línea imaginaria, que es una ficción, que le llamamos frontera, y que tiene unas consecuencias dramáticas", agrega este cineasta. 

"Todo está inspirado en la realidad. Quienes cruzan el río llegan descalzos para no ahogarse"

Sin embargo, más allá de la solidaridad y el calor de la gente, también pone el foco de manera sutil en ese rechazo al pobre para el que la filósofa Adela Cortina acuñó el término aporofobia. "Todo está inspirado en la realidad. Quienes cruzan el río llegan descalzos para no ahogarse. La imagen de una persona descalza, mojada, a quien alguien mira y no ayuda es algo descorazonador", añade Asier Urbieta, a lo que la actriz protagonista añade: "Vivimos en la era de la deshumanización absoluta". 

Si bien La isla de los faisanes bebe directamente de la realidad social que viven los migrantes en la frontera entre España y Francia, lo cierto es que la forma del filme es la de un thriller pausado que apuesta por una intriga en pequeñas dosis, "un mecanismo perfecto" con un río, un cadáver, una investigación, la policía, la frontera y un paisaje invernal idóneos para "atrapar al espectador a fuego lento". "Esta película tiene crudeza y buscábamos estar pegados a la realidad, con un punto documental, pero con una imagen estéticamente interesante", resume.

 

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