Andalucía

El policía arrollado en Málaga, jefe de la unidad especial ‘Gotham’, venía de detener a cuatro delincuentes

Antonio R. circulaba hacia su domicilio en Benalmádena, cuando en la salida para Torremolinos se cruzó con los kamikazes. Deja dos hijos y una viuda

  • Accidente en Málaga -

Málaga amanecía ayer con una tragedia que ha golpeado de lleno al corazón de su Policía Nacional. Antonio R., subinspector de 48 años, jefe de la unidad nocturna especial conocida como ‘Gotham’, falleció en la madrugada del jueves tras un brutal choque frontal provocado por delincuentes en fuga que circulaban en sentido contrario por la A-7. El agente regresaba a su casa tras una intensa jornada en la que acababa de detener a cuatro personas y recuperar varios objetos robados. Los kamikazes acabaron con la vida de un agente ejemplar, tal como señalan sus compañeros de oficina. Su unidad, el grupo ‘Gotham’, operaba de noche y se especializaba en la prevención de delitos patrimoniales como robos con violencia. Esa noche, como tantas otras, había cumplido con su deber hasta el último minuto.

A los tres presuntos delincuentes, de una banda organizada procedente del este de Europa, se les atribuyen al menos diez robos en farmacias de la provincia. La que iba a ser la undécima, ubicada en la zona de Puerto de la Torre, hizo saltar las alarmas antes de tiempo. Esto activó un dispositivo conjunto de la Policía Nacional y la Policía Local. A pesar del cerco, los delincuentes lograron iniciar su huida, pero al ver frustrado su intento de escape, optaron por tomar la autovía en sentido contrario. Fue entonces cuando se encontraron de frente con Antonio, que no formaba parte del operativo, pero se convirtió en víctima colateral de la persecución.

El impacto, violento y sin margen de reacción, provocó la muerte instantánea de los cuatro ocupantes implicados: el policía y los tres atracadores. Testigos presenciales relatan que ambos vehículos comenzaron a arder tras la colisión, y aunque los bomberos y la Policía Local acudieron rápidamente al lugar, nada se pudo hacer por salvar sus vidas.

Los investigadores confirmaron que el coche utilizado por los ladrones, un Peugeot 5008 con motor 1.6, había sido robado en Madrid. Los asaltantes venían siendo seguidos desde hacía semanas por un operativo especial que trataba de frenar la oleada de robos nocturnos a farmacias. Con un modus operandi muy definido —alunizajes con herramientas sustraídas a bomberos, encapuchados con mazas, y ataques quirúrgicos para llevarse solo la caja registradora—, esta banda se había convertido en un quebradero de cabeza para las fuerzas de seguridad.

El subinspector circulaba hacia su domicilio en Benalmádena, a bordo del vehículo familiar, un Volvo, cuando a la altura de la salida hacia Torremolinos se cruzó fatalmente con el vehículo.

Antonio era originario de Benarrabá (Málaga), hijo de policía y padre de dos adolescentes de 14 y 17 años. Sus compañeros lo describen como un profesional comprometido, con gran conocimiento de la calle y un “olfato policial” que le había valido el respeto de toda la Comisaría Provincial de Málaga. A lo largo de su trayectoria, fue condecorado con dos cruces al mérito policial y una tercera por parte de la Guardia Civil. Había trabajado anteriormente en el grupo de Robos y en la Oficina de Denuncias y Atención al Ciudadano, además del Distrito Oeste.

Su muerte ha generado una ola de indignación dentro del cuerpo. Compañeros del subinspector lamentan que, pese a la gravedad de las amenazas que enfrentan, las carencias materiales y de personal persisten. Agentes recién salidos de la academia que llegan sin chaleco, veteranos también y denuncian que el catálogo de puestos lleva sin actualizarse 15 años. “Ahora nos damos cuenta de los fallos. Esto es un descontrol”, expresaba con rabia un compañero cercano.

La tragedia también ha resonado en el entorno civil. El Colegio Oficial de Farmacéuticos de Málaga ha mostrado su preocupación por la creciente inseguridad que vive el sector, especialmente en horario nocturno. En una carta enviada a las autoridades, el presidente del colegio ha pedido refuerzos urgentes en seguridad y ha trasladado sus condolencias a la familia del agente fallecido.

Padre, esposo, compañero y referente. Su ausencia deja un hueco difícil de llenar en el cuerpo y en su comunidad.

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