Cultura

Sabino Méndez: “La relación del artista con los políticos siempre será la de un perro con una farola”

El legendario guitarrista y compositor está de actulidad por su trabajo de comisario para una muestra sobre La Movida en la sede de SGAE en Madrid

  • El compositor Sabino Méndez. -

Quien se dé un paseo estos días por el centro de la capital de España puede dedicar un rato estimulante a refugiarse en la muestra La Movida, juventud y libertad 1977-1986. La organiza la Sociedad General de Autores y Editores en el Palacio de Longoria. Es gratuita y está abierta hasta el 20 de julio. Allí pueden encontrarse desde marionetas de los populares electroduendes que arrasaron en las mañanas de Televisión Española en los ochenta hasta una guitarra de Antonio Vega, pasando por carteles, revistas y fanzines de la época. El comisario encargado de seleccionar materiales y darles sentido es nada menos que Sabino Méndez (Barcelona, 1961): guitarrista, compositor, escritor y columnista, conocido sobre todo por haber firmado alguno de los himnos más inoxidables del repertorio de Loquillo y los Trogloditas. Vózpopuli tuvo la oportunidad de entrevistarle tras visitar la muestra.

Pregunta; ¿Qué diría que ha sido lo más complicado de comisariar esta exposición sobre la Movida para la SGAE?
Respuesta. Lo más complicado ha sido elegir. Ha sido relativamente sencillo sistematizar los vectores de los diferentes campos en que hizo su efecto La Movida. Pero la repuesta de los artistas de esa época ha sido tan excepcionalmente generosa, cediéndonos tantas obras, instrumentos, prendas y manuscritos, que ha sido difícil hacer la selección y muchas cosas que hubiéramos querido exponer se han quedado en el almacén por falta de espacio. Al fin y al cabo, SGAE no es una institución museística. No es el Reina Sofía o la Fundación Mapfre, con lo cual no dispone de espacios para grandes exposiciones. Por eso, yo prefiero llamarlo ‘muestra’, que es más acorde a las posibilidades de la entidad de gestión de derechos de autor.

P. Destacaba usted en la presentación que La Movida representaba un "deseo de libertad", un sintagma que identifica con los movimientos artísticos más estimulantes de la historia. ¿Qué tipo de libertad representaba la movida y qué movimientos artísticos encuentra más afines?
R. La Movida no tenía intención de representar un tipo u otro de libertad. De hecho, ni siquiera me atrevería a llamarla “movimiento”, sino que fue una “tendencia” que ponía la libertad de creación, radicalmente practicada, por encima de todo. Por eso arraigó en varias disciplinas artísticas tan diferentes. Por eso tampoco no aceptaba líderes, ni ideólogos, ni programas o decálogos normativos. La libertad individual era su norte y a eso se debe que acogiera bajo su manto artistas de sesgos opuestos e incluso contradictorios, solo pidiendo que articularan comprensiblemente su discurso. En ella, podías encontrar desde estallidos de color del pop más efectista, al interés por las sombras de los grupos que se daban en llamar entonces ‘siniestros’ y luego han derivado en etiquetas similares como ‘góticos’ o ‘emos’. Su principal afinidad y raíz estaba en el punk, en la idea presentista de que el futuro es un mito abstracto y de que cualquiera puede intentar hacer una obra artística por sí mismo.

P.La expo más importante que se ha hecho sobre La Movida la financió el PP de Esperanza Aguirre en la sede de Alcalá 31. ¿Cuál es su opinión de la relación de la derecha con este movimiento pop desde los ochenta hasta hoy?
R. El mundo político siempre ha tenido severas oscilaciones con la comprensión de La Movida. De izquierda a derecha pasan cíclicamente de negarla a ensalzarla, según épocas. Pero sus controversias meramente políticas e ideológicas pillan muy lejos a los artistas. La relación del artista con los políticos siempre será la de un perro con una farola. Y ya sabemos lo que nunca pueden evitar hacer los perros a los pies de las farolas. Pero cualquier negacionismo de los políticos es imposible de mantener en este caso: hay demasiados testimonios tangibles, factuales, de aquellos acontecimientos.

Cartel de la exposición comisariada por Sabino Méndez

P. Se ha dicho muchas veces que el PSOE instrumentalizó La Movida. En la presentación estuvo Reyes Maroto y algunos invitados comentaban en privado su incomodidad con que un político actual se autoincluyese en la foto de familia. ¿Hasta qué punto cree que el PSOE se aprovechó de aquella explosión pop y qué opina sobre el acercamiento de políticos en 2025?
R. Pues que simplemente es otro estereotipo sesgado con ninguna base real. Hablábamos antes del ecumenismo de La Movida, su característica generosidad de aceptar a todo aquel que se acercara, sin expender carnés ideológicos de corrección política. Esa lógica, radicalmente practicada, es una gatera por la que siempre pueden entrar políticos de todo signo. Pero como La Movida no aceptaba decálogos ideológicos, la gatera funciona en doble sentido y sucede que al final las supuestas instrumentalizaciones son más difíciles de culminarse de lo que parece.

P. En su exposición se seleccionan varios libros muy potentes sobre la movida, pero al ser un homenaje faltan los volúmenes más críticos como "La movida modernosa" (José Luis Moreno Ruiz), "El mono del desencanto" (Teresa M. Vilarós) o "Días contados" (Juan Madrid). Mi pregunta es cuáles son los reproches a La Movida que cree más acertados.
R. La limitación de espacio marca inevitablemente y no solo se quedaron fuera de la vitrina esos, sino otros muy interesantes que me hubiera gustado que estuvieran y a los que teníamos , como El Carnaval de Colonia de Agustín Tena (un libro muy llamativo) o Ángeles de Neón de Juan Carlos De la Iglesia. El criterio fue seleccionar una especie de índice de consulta para el visitante y que prevalecieran los testimonios de los protagonistas por encima de las interpretaciones e intentos de etiquetado particulares posteriores. El predicador que sermonea siempre fue lo más antitético que pueda imaginarse con respecto a La Movida. Sus reproches siempre tendrán un inevitable sesgo contrafactual que no lleva a ninguna parte. Nos interesa ver lo que “fue”, no lo que “debiera haber sido” o lo que “nos gustaría que hubiera sido”. Esa es la principal diferencia entre un maestro y un predicador.

P. Ahora que se habla tanto de feminismo, ¿ve La Movida como un paso adelante en la liberación de la mujer?
R. Pocos grupos de rock hubieron antes con chica al frente. En los Intocables tocó con nosotros Carme Lacarta la guitarra solista, Isabel estaba en Los Bólidos. Olvido Alaska intentaba arrancarle algún sonido a una imitación de Gibson Flying V en los primeros Kaka de Luxe. Tessa cantaba con los Zombies, estaban Las Chinas, Las Vulpess, la lista es interminable. El feminismo actualmente es tan transversal en la sociedad que existen incluso feministas de salón o el feminismo postureo. Pero a mí me gustaría rendirles homenaje a todas aquellas compañeras que sin tanto corpus ideológico teórico se lanzaron sin complejos a la práctica de unas costumbres avanzadas para la época. Ocho de cada diez sufrieron la presión social y vivieron episodios de acoso y ataque espantosos. Su coraje de pioneras fue excepcional. Ya no se fabrican chicas así. El victimismo general rompió ese molde.

P. Algo que transmite de manera muy clara su expo es el hecho de que en los ochenta los medios de comunicacion másivos eran mucho más serios a la hora de cubrir la cultura pop, desde los grandes diarios a TVE  pública y la radio. ¿Cuándo empezó a degradarse esa relación?
R. ¿Serios? Yo no diría tanto. Eran bienintencionados y, como tal, llevados de esa buena voluntad perseguían el rigor aunque no siempre lo alcanzaban, pero al menos lo intentaban. Sin su labor de eco, La Movida habría sido imposible. Nos cambiaron la vida a un montón de gente, lo cual no es moco de pavo. Esa degradación que usted cita no solo afectó a la cultura pop en los siguientes años, sino que ha afectado a todos los contenidos de los medios de comunicación e información en general, debido a la desaparición de los verificadores. Es un proceso de abaratamiento de la información, porque verificar es caro. Pero puede combatirse a nivel personal y particular con un poco de astucia: no se crea a los gurús de nada, vaya, vea, compruebe y elija en la medida de sus posibilidades. Nadie quiere información barata.

"Quizá lo que se mereciera La Movida fuera una especie de funeral vikingo eterno", apunta Méndez

P. En su libro, Corre, rocker, usted habla de la extrañeza que le produjo a algunos compañeros que llegara un momento en que usted prefiriese volver a la habitación después de un concierto a leer a Lezama Lima en vez de ir de fiesta. En realidad, la movida es muy poco literaria, apenas hay escritores emblemáticos y apenas aparecen literatos en programas como  "La edad de oro". ¿Por qué interesaba tan poco la letra impresa?
R. Un corpus literario valioso y bien trabajado requiere años de formación muy poco acordes con el espíritu de fugacidad y presentismo propio de La Movida. Particularmente, yo veo unas concomitancias en lo que Vila-Matas llamaba los escritores “shandy” y el universo de La Movida. A Roberto Bolaño le gustaba mucho Vila-Matas y creo detectar una línea de conexión en ese “shandismo”. Pero seguramente será una aflicción puramente personal, porque ningún académico se ha lanzado a intentar recolectar esas posibles pistas.

P. Me gustaría saber, más allá de los productos más relevantes, cuáles son las dos o tres obras de la movida que usted considera infravaloradas
R. No soy quien para establecer valoraciones. Más que infravaloradas, hay muchas obras secretas, ocultas. El caso de Agustín Tena que citaba. Hay una foto de García-Alix que me gusta mucho que es un autorretrato realizado en marcha sobre una moto, apretando el disparador quien viaja de paquete. Podría escribir muchas páginas sobre esa imagen, pero no creo que pueda afirmarse que esté infravalorada ya que proviene de un premio nacional de fotografía y eso es un reconocimiento. Más que infravaloración, hay desconocimiento.

P.  ¿Ve usted esa huella en La Movida  en Rosalía, C. Tangana, Los Javis, Yung Beef, Soy Una Pringada…?
R. La desfachatez, el descaro, la transgresión de lo convencionalmente aceptable, usar el humor y no sermonear, el retrato de lo ridículo y a la vez conmovedor de la condición humana, la sensualidad, el deseo de libertad, la ausencia de límites… mmmhh… sí, esa lógica probablemente podríamos decir que sigue dando guerra de fondo. Bien mirado, La Movida, por el contexto histórico, consistía básicamente en un semillero. Un semillero muy divertido. Sus germinaciones son seguramente inesperadas e impensables. Temblad, predicadores y sermoneadores de toda ralea.

P. Dentro de tres años se cumple medio siglo de La Movida, ¿cuál cree que sería la forma adecuada para celebrarlo?
R. A mí me hacen mucha gracia los funerales vikingos. Soy así de bruto. No se si, al igual que hay funerales, existe algún tipo de rito llamado “nacimiento vikingo” o “efeméride vikinga” o algo así. Pero, en fin, quizá lo que se mereciera La Movida fuera una especie de funeral vikingo eterno, es decir, la nave siempre ardiendo y que nunca deje de arder. Sí, creo que esa sería la mejor celebración de La Movida, una flecha que nunca deja de volar.

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