Se sabía que España ganaría la Liga de las Naciones de pelota vasca y que eso iba aprovocar las muestras de odio contra los símbolos del Estado. También que las dos jugadoras locales que que vestían la camiseta nacional espués de renunciar a jugar con la selección de Euskadi iban a ser la diana de todos los ataques. Esta distópica situación se ha vivido este sábado en la primera final entre estas dos selecciones españolas en una final oficial bajo el auspicio del COI.
Pitos al himno de España tras plocamarse campeona de La Liga de Naciones Femenina
En esta competición, por primera vez, participaba Euskadi como nación, la final femenina la perdió contra España y el público vasco reaccionó silbando el himno nacional pic.twitter.com/hsOkyak1Hk— DEPORTE OLÍMPICO (@depominoritario) June 7, 2025
El himno de España fue abucheado en el pabellón tras la entrega de las medallas a Erika Mugartegui (17 años) y Arai Lejardi (18), que ya sufrieron el mismo acto de discriminación el pasado miércoles en un duelo previo contra la selección del País Vasco (de donde son naturales) dentro de la misma competición.
Pelosi
08/06/2025 07:53
La sociedad vasca está enferma de odio y de xenofobia. ¿Para cuándo un referendum para darles la independencia?, así al menos no les pagaremos su desastre con nuestros impuestos…Independencia, pues independencia de verdad. Ya está bien de vascos vagos y violentos.
berenguer
08/06/2025 10:13
España no debió participar en un torneo en el debía enfrentarse a parte de sí misma ... es un absurdo. Sí lo podría hacer pero bajo otro nombre (Equipo de la F.E.P.V., Resto de España, Peninsular, etc. ) pero nunca bajo los símbolos oficiales, himno, bandera y escudos. Que se busquen otros, como el nombre. (Por cierto, el odio enfermizo inculcado durante décadas en la gente por los discípulos del racista confeso Sabino Arana (PNV) ha demostrado su arraigo).
lepanto_2_0
08/06/2025 12:03
Señor Torralba. Los pabellones no pitan, a no ser que un fuerte viento produzca efectos audibles semejantes al chocar con su estructura metálica. Lo que ocurrió en ese pabellón el sábado, al que usted hace referencia en su brevísimo artículo, es que una serie de personas que en él se encontraban, pitaron mientras sonaba el himno español en honor a las vencedoras de esa competición. Por otra parte, Erika Mugartegui y Arai Lejardi, las jugadoras integrantes de la selección española de pelota vasca ganadoras del torneo, no renunciaron a jugar con la selección de Euskadi, sino que optaron por formar parte del combinado nacional español, como tienen legítimo derecho a hacer, en el uso de su legítima capacidad de libertad de elección. Faltaría más: son tan españolas como la que más. Que en la sociedad vasca existe una parte de la misma, que han hecho y continúan haciendo de su concepto identitario un elemento de acoso, señalamiento y extorsión hacia quienes no lo tienen o lo tienen distinto, es tan evidente como el apoyo que durante más de 40 años una banda terrorista autóctona tuvo entre una parte de esa población. Tampoco ha pasado tanto tiempo de ello. El espíritu de lo que pasó, sería importante no olvidar los hechos, no se ha desvanecido por arte de magia y continúa estando presente en ella. Más si cabe, desde que algunas formaciones políticas de ámbito nacional, con intereses espurios por mantenerse en el poder a toda costa, son capaces de hacer cuantas concesiones políticas sean necesarias para garantizar su permanencia en el mismo, para así poder continuar manteniendo sus privilegios: desamparando a una parte de la sociedad frente a quienes la acosan permanentemente para amedrentarla e intentar cancelarla. El deporte debería de estar protegido de una instrumentalización partidista constante con fines políticos; pero no es así. Lamentablemente, una buena parte de la clase política, ya sea la existente en un pequeño municipio rural o industrial, como la que "pasta" en el Congreso de los Diputados, carece de la honestidad y de la ética política necesaria para prescindir de una manipulación constante de la población y de la opinión pública, en todos los ámbitos y segmentos existentes en los que participa. Así nos va. Mi enhorabuena a Erika Mugartegui y a Arai Lejardi por su éxito deportivo. Seguro que han entrenado y se han preparado con muchos sacrificios y esfuerzos para poder lograrlo. ¡Felicidades, Campeonas! Y recuerden ... a una democracia sólo puede salvarla el pueblo. Sin acción no hay movilización y sin movilización no hay posibilidad de que se produzcan cambios. La situación política actual en nuestro país precisa de un cambio radical y profundo: requiere de una auténtica revolución. Una revolución que debe ser necesariamente cívica, pacífica y democrática; pero firme, decidida y comprometida. «Sin Revolución no hay Solución».