El Ejecutivo catalán y sus socios siguen volcados en el blindaje de la Escola Catalana, que veta el español como lengua vehicular. Después de aprobar el Pacto Nacional por la Lengua, que contempla extender el uso del catalán al comedor, patio y extraescolares, el Govern y los comunes sellaron ayer un acuerdo para reforzar la presencia del catalán, el inglés y las matemáticas en el currículum educativo. El plan, dotado con 37,5 millones de euros, aumentará la presencia de estas materias hasta llegar de manera "progresiva" a las "dos horas de refuerzo semanal". Un programa que se desplegará en colaboración con el mundo local y los agentes educativos, si bien aún no se ha precisado un calendario para hacerlo efectivo.
La medida llega después de que el Informe Pisa de 2023 y el TIMMS de 2023 situasen a los alumnos catalanes por debajo de la media española y europea en lengua y matemáticas. Llamativamente, el pacto no contempla aumentar las horas de castellano, pese a las carencias de los alumnos catalanes en esta asignatura y a que un fallo del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña obliga a aumentar su presencia en un 25% —una medida que el Parlament frenó con una norma de rango catalán sobre la que el TC aún debe pronunciarse—.
Por lo demás, socialistas y comunes también han acordado avanzar en la retirada de fondos públicos a parte de las escuelas concertadas. En concreto, a los centros donde se vulneren "derechos fundamentales o se difundan discursos de odio, contrarios a los valores democráticos o constitucionales", con la mirada puesta en la segregación por sexo. Con esto pacto, que incluye asimismo recuperar los comedores en todos los centros de alta complejidad, el PSC se ha asegurado el respaldo de los comunes al tercer suplemento de crédito a las cuentas del Ejecutivo, consistente en 468 millones y que se suma a los dos anteriores de 2.168 y 1.301 millones respectivamente.