El secesionismo suele considerar a España como un Estado autoritario. Sin embargo, como demostró el 'procés', en el extranjero no parecen mostrarse más comprensivos con sus reivindicaciones políticas. Recientemente, diversas sentencias del Tribunal Europeo de Derechos Humanos han tumbado sus demandas en torno a la supuesta persecución del catalán o al movimiento independentista. Sin olvidar que el Consejo de Europa ha denunciado el vínculo entre el Kremlin y el proceso secesionista refiriéndose a lo ocurrido en Cataluña en 2017 como un "golpe de Estado". Por lo demás, la exigencia de que el catalán sea reconocido como lengua oficial en la Eurocámara es vista con reticencias por la mayoría de países , lo que desmonta la presunta 'cerrazón' española en este asunto.
A todo ello se le suma ahora al marcaje de la vecina Francia con sus propios movimientos separatistas. Por una parte, el país galo ha frenado esta semana las aspiraciones de los nacionalistas corsos de usar su lengua regional en la Asamblea de Córcega. El Consejo de Estado francés lo ha vetado recordando que, tal y como reza el artículo segundo de la Constitución sa, el francés es la única "lengua de la República". Asimismo, el alto tribunal ha argumentado que carecía de sentido tramitar el recurso interpuesto por los nacionalistas de la isla gala si se tiene en cuenta que los "particulares no tienen derecho a usar, en sus relaciones con la istración y los servicios públicos, una lengua diferente al francés".
La decisión ha supuesto un jarro de agua fría para el nacionalismo de la isla, envalentonado después de que, el año pasado, el Gobierno francés reconociera la autonomía corsa y su "singularidad", definiéndola como "comunidad cultural". No obstante, en el momento de aquel pacto, el presidente Emmanuel Macron alertó de que había dado su visto bueno porque éste respetaba sus "líneas rojas". Esto es, no reconocía la existencia de un pueblo corso —tal y como exigían los nacionalistas— y negaba la posibilidad de que la lengua corsa fuese oficial en la isla junto al francés.
Llamativamente, el veto impuesto al corso en la Asamblea ha coincidido con el debate suscitado en España por el uso de las lenguas cooficiales en la reciente Conferencia de Presidentes Autonómicos, lo que ha evidenciado la enorme distancia entre la posturas de Sánchez y Macron sobre la cuestión idiomática.
En contra de los referendos "binarios"
Pero eso no es todo. Esta misma semana, Macron también ha puesto coto a la tentativa de los separatistas de Nueva Caledonia de celebrar un nuevo referéndum de secesión. En una intervención durante una conferencia de la ONU celebrada en Niza, el presidente galo tachó la posibilidad de que en este archipiélago del Pacífico tenga lugar un cuarto referendo sobre la cuestión, ligando los anteriores al contexto de los años 80 y 90, muy distinto al presente. Además, hizo hincapié en que la "cultura oceánica" no están hecha para los plebiscitos porque son "culturas de la concertación". Y es que, según Macron, el carácter binario de estas consultas no concuerda con un mundo que se basa en la "circularidad y el diálogo". "No repetiremos los errores del pasado", zanjó.
En su lugar, convocará este mismo mes una cumbre en París para encontrar una solución institucional al problema nacionalista del archipiélago. Una iniciativa que llega tras la violencia que se cobró hace un año 14 muertos en la isla y de las recientes negociaciones del ministro de Ultramar, Manuel Valls, con los grupos secesionistas. En este sentido, la postura de Valls en la materia es más flexible que la de Macron, abriéndose a realizar mayores concesiones a los independentistas. Lo que, visto desde Cataluña no deja de resultar curioso, pues el separatismo catalán cargó con dureza contra al exministro francés durante su periplo político barcelonés por su presunto "radicalismo". Sea como sea, el nacionalismo catalán ya tiene una "nueva bestia" negra en Francia: el presidente de la República.
eddo
12/06/2025 07:20
Benítez afirma que existe un idioma que se llama "castellano" en Madrid, Sevilla, Gerona porque el rey Juan Carlos le dijo a Cela que lo escribiera, para que los nacionalistas permitieran al Juanito ser rey, a cambio de concesiones constitucionales, que su hijo el rey Felipe ha asumido. Este país con una colonia, caso único en la UE, han engañado con la C78 y el estado de la autonomías, la próxima ley de lenguas rematará las oficialidades de todas las lenguas propias, para que "todas sean españolas pero que ninguna se llame idioma español". Benítez y la casa real, los periodistas, el PP aplaudirán la diversidad cultura, rica en lenguas propias, que el propio rey y su hija hablaran en sus procesiones por la nación de naciones, como hacen los presidentes de los reinos de taifas que aún se llama España, sin himno, pacto entre Juan Carlos y los nacionalistas.