Hasta el momento, el separatismo había tomado como inspiración internacional a territorios como Escocia o Quebec. En el primero se había mirado, sobre todo, después de que éste lograra arrancar un referéndum de secesión al Reino Unido en 2014. Sin embargo, el hecho de que el nacionalismo escocés no hay conseguido repetir aquella hazaña —que, como es sabido, se saldó con un 'no' a la independencia— y que el Partido Nacionalista Escocés rechazase la vía unilateral tras el fracaso del 'procés' catalán, ha invalidado al país como referente. Por otra parte, partidos como Junts han prestado mucha atención a la gestión de la inmigración llevada a cabo en la región quebequense, que liga los derechos de los inmigrantes a su conocimiento del francés. Pero que estas políticas las esté abanderando un partido nacionalista no independentista —Coalition Avenir Quebec— tampoco es de su agrado.
Pero ahora es otro el país del que está tomando nota el separatismo. Se trata del vecino Andorra, nación que hasta ahora era tomada en poca consideración por su modesto tamaño y escasa relevancia internacional. Por otro lado, que aún merezca la consideración de paraíso fiscal para entidades como Oxfam tampoco había ayudado. No obstante, todo cambió justo hace un año, cuando el país pirenaico aprobó una ambiciosa Ley del Catalán cuya dureza ha despertado la iración de los partidos y medios independentistas, sean de izquierda o derecha. ¿La razón? Que deja atrás la tolerancia con el uso del castellano —lengua materna del 40% de sus habitantes— y pasa a considerarla requisito ineludible para obtener el permiso de residencia o para regentar un negocio, donde establece que la lengua inicial de atención al público debe ser la catalana.
Cabe decir que la exigencia de acreditar catalán para obtener la residencia ya existía. Pero la norma actual afecta también a los extranjeros con residencia pasiva —esto es, sin contrato de trabajo— y a los trabajadores autónomos, categoría que incluye a sus célebres 'youtubers'. En una primera renovación, los postulantes deben acreditar el nivel A1, pero en la segunda tendrán que alcanzar el nivel A2. En cuanto a los comercios, la norma dicta que la rotulación, atención y comunicaciones por megafonía deben efectuase indefectiblemente en catalán, exponiéndose las empresas en caso contrario a multas que oscilan entre los 600 y los 10.000 euros. Por añadidura, el marzo pasado el gobierno andorrano desplegó la parte de la norma que afecta a la istración, fijando que tanto la atención al ciudadano como las conversaciones entre funcionarios deben tener lugar únicamente en catalán.
"Declaración de dignidad colectiva"
Además, el Ejecutivo andorrano comenzó la semana pasada a aplicar sanciones por incumplimientos de dicha ley. Según informó la ministra de Justicia e Interior del Principado, Ester Molné, desde que finalizó la moratoria en enero, el departamento de Política Lingüística ha abierto 30 expedientes, terminando dos de ellos con la imposición de sanciones económicas.
Todo lo anterior ha sido celebrado por distintas figuras secesionistas, que han subrayado la necesidad de seguir el ejemplo andorrano. Así, por ejemplo, el director de 'Vilaweb', Vicent Partal, publicó en marzo un editorial en el que ensalzaba la nueva legislación lingüística de Andorra, que catalogó como una "declaración de dignidad colectiva". "Se ha alzado un faro que proyecta tanta luz que deslumbra", aseveró Partal. De su parte, el exdiputado de la CUP, Antonio Baños, que llamaba el mes pasado a "nacionalizarse" en masa en el país pirenaico, ha sido una de las voces independentistas que ha señalado estos días que si "Andorra entrase en la Unión Europea, el catalán sería oficial de manera automática". Olvidando que, como ha indicado el periodista Jaume Reixach, los andorranos "pata negra" prefieren no ingresar en la UE para seguir disfrutando de sus beneficios fiscales.
jdexposito
29/05/2025 08:10
Andorra no tiene nada que ver con Cataluña, Quebec o Escocia. Andorra es un país soberano, que dicta leyes y políticas lingüísticas sobre sus fronteras. Cataluña, Quebec y Escocia son regiones de países con otra lengua.