El secretario de organización del Partido Socialista Obrero Español, Santos Cerdán, declarará voluntariamente en el Tribunal Supremo el próximo 25 de junio, según ha explicado él mismo a su salida del pleno de Congreso que se ha celebrado en la mañana de este jueves. El número tres socialista se encuentra en el centro de una tormenta sin precedetes tras trascender el informe de la UCO de la Guadia Civil que apunta que amañó las primarias del partido en 2014 y que habría gestionado mordidas a cambio de adjudicaciones de obra pública.
Cerdán ha dicho no haber podido leer el documento: "No, no lo he leído. Iré a declarar. ¿Las primarias?, Por favor... 500 páginas no se leen en un rato", ha espetado a los periodistas del Congreso. Por el momento, se desconoce si el PSOE convocará a los medios para que Cerdán comparezca en la sede federal, como avanzó el partido que ocurriría una vez se conociera el informe del instituto armado.
El PSOE ha entrado en convulsión tras la publicación del informe de la Guardia Civil que pone a Cerdán en una situación insostenible y cerca al presidente del Gobierno. La Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil señala que el hoy secretario de organización socialista amañó, supuestamente, las primarias que, en 2014, catapultaron a Pedro Sánchez a la secretaría general frente a Eduardo Madina y a José Antonio Pérez Tapias.
El documento, además, revela diversas conversaciones procedentes de los dispositivos interceptados a Koldo García. En ellas, hay una grabación clave en la que participan el ahora diputado del Grupo Mixto, su exasesor y Cerdán en la que hablan de que cuatro constructoras les deben hasta 400.000 euros. La UCO también eleva las mordidas a Ábalos al millón de euros, de los que cobró, supuestamente, 620.000 euros.
La última vez que Pedro Sánchez y Santos Cerdán se cruzaron en público fue este miércoles en el Congreso de los Diputados. Una cámara fue testigo del fugaz encuentro. El presidente del Gobierno departía en su escaño, de pie, con el portavoz socialista, Patxi López. Faltaban pocos minutos para que arrancara la sesión de control al Gobierno. Los diputados, uno a uno, iban sentándose en sus escaños. En ese momento, Santos Cerdán pasó por detrás de Sánchez. Hizo ademán de darle una palmada en la espalda, pero se dio cuenta de que no era buena idea, siguió hacia delante y saludó en el hombro a Patxi López. La tormenta estaba a punto de empezar.
El presidente giró levemente la cabeza y arqueó la ceja al ver pasar por detrás a su jefe de máquinas en el PSOE. Fue una mirada de esas que matan, que penetran hasta lo más profundo y desatan la congoja interna. Cuando el jefe te mira así no tienes mucho futuro por delante. Y así lo iten los socialistas consultados, que ven a Cerdán a punto de caer. El próximo 5 de julio se celebra un comité federal en Sevilla, al que acudirá una organización desnortada y con el ánimo por los suelos.
Esa ojeada de Sánchez fue el preludio de 24 horas de nervios en un partido que lleva más de un año sumido en el escándalo diario, desde que la trama Koldo estalló en los medios de comunicación. El núcleo duro del Gobierno reconoce que va a ciegas. No ha tenido ni idea de qué está escrito en el informe que la Guardia Civil ha estado semanas ultimando y que ya tiene el juez del Tribunal Supremo Ángel Hurtado. Solo se sabe que contiene indicios sólidos que apuntan a la participación de Santos Cerdán en el cobro de mordidas a cambio de adjudicaciones de obra pública.
