Opinión

¿Euskera? No, gracias

Mientras el separatismo vasco no deja de adoctrinar y meter el euskera con calzador, cada vez son más los vascos que hablan español

  • La Korrika, carrera a favor del euskera, en Vitoria -

¿Sabe usted qué es la EHU? No son siglas en inglés, que tanto suelen despistar, sino en vasco, Euskal Herriko Unibertsitatea. La primera palabra se entiende. La segunda es una forma declinada de herri, pueblo, país o tierra natal. El sufijo -ko indica pertenencia o procedencia, por lo que Herriko sería del pueblo o de la tierra. Tal vez ya hemos oído hablar de las herriko tabernas o tabernas del pueblo, y con menos frecuencia de Herriko jaia o la fiesta del pueblo. En Unibertsitatea el sufijo -a es el artículo. Casa es etxe, y la casa, etxea. Aquí aparece unido a una -e- para evitar la cacofonía Universitata, o al menos eso es lo que yo supongo.

 

Hasta hace poco tras estas siglas aparecía UPV, Universidad del País Vasco, algo mucho más comprensible teniendo en cuenta que la lengua que a los vascos les abre el horizonte es el español, que transmite la mayor parte de la cultura y es la lengua común de los vascos y las vascas (dicho sea para hablar como ellos). Ahora se llama Universidad del Pueblo Vasco, pero en vasco, como si incluyera a Iparralde (lado norte) y a Navarra. En busca de ocurrencias propongo que al PNV se le conozca solo por sus siglas en vasco, EAJ, Euzko Alderdi Jeltzalea, donde Alderdi significa partido en el sentido político y Jeltzalea, seguidor del lema JEL, que es acrónimo de la consigna del PNV, Jaungoikoa eta Lege Zaharrak (Dios y las leyes viejas). Jaungoikoa es literalmente señor (Jaun), alto (-goi-), el que es de (-koa), el señor de lo alto, invocación tradicional del cristianismo vasco.

La lengua común y más hablada en Euskadi es, con diferencia, el castellano, propia de toda la población e imprescindible en el desarrollo cultural. ¿Cuántos son los hablantes monolingües de castellano? No lo sabemos

 Desde la mitad del siglo XX no existen hablantes monolingües de euskera porque quedarían culturalmente aislados. Incluso en zonas de Guipúzcoa con alta densidad de vascoparlantes el o con el español es constante desde la infancia. La mayoría de la población, digámoslo claro, vive en contextos urbanos donde el castellano domina las interacciones públicas.

La lengua común y más hablada en Euskadi es, con diferencia, el castellano, propia de toda la población e imprescindible en el desarrollo cultural. ¿Cuántos son los hablantes monolingües de castellano? No lo sabemos. Aunque el gobierno vasco informa de manera muy extensa y detallada de la situación sociolingüística, esa cifra la oculta. No interesa darla a conocer. Como no puedo inventarme el dato tengo que deducir que son más de la mitad de los vascos.

 

Necesitaríamos conocer, y tampoco lo sabemos, el número o el porcentaje de hablantes ambilingües, que son los que heredan el vasco en familia, pero esa cifra también se oculta. Podemos deducir que disminuye porque se ha publicado que cuando ambos progenitores son vascohablantes y tienen el euskera como primera lengua, el 98% de los hijos adquieren el euskera en casa. Si solo uno de los progenitores es vascohablante, el 84% de los hijos adquieren el euskera y el castellano, y el 16% solo el castellano. Cuando la madre es la única vascohablante, el 49,9% de los hijos adquieren el euskera y el castellano, el 51,1% solo el castellano. Si el vascohablante es el padre, el 41,7% de los hijos adquieren ambas lenguas, el 58,3 solo el castellano. Si ambos son castellanohablantes, el euskera no se aprende en casa.

 

El ambilingüismo decrece, pero seguimos sin saber en cuantas familias desaparece un año tras otro la transmisión del euskera, y eso es el secreto mejor guardado de la Lehendakaritza. La última cifra que conocimos fue, hace ya muchos años, el 20% de la población. Supongamos que se conserva. Los ambilingues o hablantes de dos lenguas con igual destreza o ambilingües podrían ser medio millón, al que añadiríamos otros quinientos mil bilingües, es decir, que hablan español siempre que pueden y vasco siempre que los obligan, desde la ikastola hasta la universidad, y si son funcionarios en la istración.

Atendidos en español

Sin embargo, en la sanidad pública (que en la privada hay libertad), según una encuesta reciente, el 72,4% de los vascos prefiere ser atendido en español, porque ahí no puede uno andarse con bromas. La realidad es que mientras el separatismo vasco no deja de adoctrinar y meter el euskera con calzador, cada vez son más los vascos que hablan español.

 

Las autoridades nacionalistas se atribuyen la medalla al proclamar que se habla más euskera que nunca. Claro, cierto, con un presupuesto que lo incentiva procedente del concierto económico vasco, es decir, de nuestros impuestos.  

Es sabido que la lengua materna (el español para al menos el 80% de los vascos) mejora la comunicación, aumenta la confianza y, sobre todo, colabora en una atención que debe ser humana y segura

 

Hay en Euskadi una palabra maldita, español. Si algunos vascos la oyen, aunque sea para nombrar la lengua en que hablan, puede desequilibrar el equilibrio psicosomático. El imperialismo universitario y su odio castiga inclemente al español. Se han empeñado en llamar a las cosas, toponimia incluida, no como son, sino como ellos quieren que sean. Pronto se va usar el eusquera fuera del ámbito familiar solo cuando lo cubra la subvención: en la tele, cuando se traduzca, los funcionarios, los profesores y los estudiantes en clase. Como político no, porque los seguidores no entenderían las consignas. Por eso los mítines no van en vasco. Cuenta también con el 16,3% de los pacientes del Servicio Vasco de Salud, también llamado Osakidetza, que ha expresado su preferencia por ser atendido en euskera. Calculo que ese debe ser el porcentaje de familias que hablan vasco en casa.

 

Llamar a la Universidad EHU para que no lo entiendan ni los mismos vascos es menos grave que atender a un paciente en vasco, pues es sabido que la lengua materna (el español para al menos el 80% de los vascos) mejora la comunicación, aumenta la confianza y, sobre todo, colabora en una atención que debe ser humana y segura. Y con eso no se juega.

 

Mientras tanto lo que consuela en el ambiente es que buena parte de la población añade en español palabras vascas del tipo kaixo (hola), egun on (buenos días), agur (adiós), aitá (padre), eskerrik asko (gracias), zorionak (felicidades), kale (calle), txiki (pequeño) en expresiones del tipo Cuando era txiki vivía en Donosti. Y así se van defendiendo. El día que se acaben los fondos que lo mantiene exaltado, las aguas volverán a sus cauces.

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