El suicidio en prisión de David Knezevich, acusado del asesinato de su exmujer, Ana María Henao, amenazaba con hacer imposible el hallazgo del cadáver de la empresaria. Pero los investigadores de la Policía Nacional han hallado en el teléfono móvil del principal sospechoso dos coordenadas que podrían ubicar el lugar donde se deshizo de su cuerpo tras matarla en Madrid, según ha podido saber en exclusiva Vozpópuli de fuentes de la investigación.
Esas coordenadas dirigen a los agentes de la UDEV Central de la Policía Nacional a la ciudad metropolitana de Turín (Italia), concretamente a dos puntos situados junto a la comuna de Susa, ubicada a los pies de las montañas de los Alpes que marcan la frontera con Francia. Tras contrastar este nuevo dato clave en la investigación, los agentes se desplegarán a partir del próximo 28 de mayo en la zona para retomar las labores de búsqueda del cadáver de la colombiana nacionalizada estadounidense de 40 años. Trabajarán en el terreno con perros especializados en búsqueda de restos cadavéricos.
Knezevich iba a sentarse en el banquillo para ser juzgado por el secuestro y asesinato de Ana María Henao, ocurrido la noche del 2 de febrero de 2024. El juicio estaba fechado el próximo 16 de junio y el único acusado se iba a enfrentar a una petición de cadena perpetua. Sin embargo, todo se desvaneció cuando el pasado 28 de abril se quitó la vida en su celda de la prisión de Miami. El sospechoso, de origen serbio, viajó en un coche alquilado desde Belgrado hasta Madrid para acabar con la vida de su exmujer, con la que había convivido y compartido negocios en Miami. Ella se había mudado a Madrid tras la ruptura del matrimonio. Detrás del crimen estaría el reparto del patrimonio de la pareja, superior a los 15 millones de dólares sólo en bienes inmuebles.
Las pruebas cercaron a Knezevich. Fue captado por las cámaras del edificio donde vivía Henao la noche de su desaparición. También se recogió su ADN en el piso del barrio de Salamanca donde vivía la empresaria. A tenor del resto de indicios, introdujo el cadáver en una maleta de grandes dimensiones y la portó en el mismo coche en su huida hacia Serbia. A su paso por Francia, utilizó el móvil de la víctima y se hizo pasar por ella enviando unos erráticos mensajes a sus amigas para tratar de ahuyentar las sospechas.
Coordenadas en el móvil
Pese al suicidio del acusado, los investigadores de la Sección de Homicidios y Desaparecidos de la UDEV Central no darán por cerrado el caso hasta encontrar el cuerpo de Ana María Henao. La tarea no es nada sencilla, ya que Knezevich pudo deshacerse de él en cualquier punto de los más de 2.600 kilómetros que separan por carretera Madrid y Belgrado. Los agentes ya se desplazarón a Italia en una primera búsqueda en la ciudad de Vicenza, donde existe una nutrida comunidad serbia y sospechaban que el sospechoso podría haber contado con algún cómplice. Sin embargo, los trabajos no obtuvieron resultado. Tampoco se encontró ningún elemento relevante en el primer despliegue de los investigadores de este caso en la provincia de Soria.
La Fiscalía de Miami destacó en su escrito de acusación la "premeditación" y "planificación" del crimen. A las pruebas ya recabadas contra Knezevich, se suman las coordenadas encontradas ahora en el volcado de su teléfono móvil, dispositivo que le fue intervenido en su detención en el aeropuerto de Miami. Los investigadores sospechan que el serbio almacenó estas ubicaciones como posibles lugares donde deshacerse del cuerpo de su exmujer. Además de las coordenadas de Turín, la Policía tiene en su poder otras dos coordenadas que sitúan al sospechoso en la zona del pirineo aragonés. También las trabajarán, aunque dan prioridad a las que les dirigen de nuevo a Italia.