La Asociación Española de Proveedores de Automoción (SERNAUTO) ha dado a conocer los datos del sector correspondientes al pasado ejercicio, en los que se confirma la entrada en una fase de desaceleración tras dos años de crecimiento. En 2024, el sector facturó 41.238 millones de euros en España, lo que supone un leve descenso del 0,7% respecto al ejercicio anterior tras haber crecido de manera notable los dos ejercicios anteriores, un 10,3% en 2023 y casi un 18% en 2022.
A pesar de los continuos esfuerzos e inversiones en tecnología, internacionalización y producción que realiza la industria española de proveedores de automoción, esta tendencia refleja la compleja situación que atraviesa la industria a nivel global, con unos volúmenes de producción bajos y unos márgenes muy ajustados. A ello se suma el impacto de la inflación, que sigue afectando al valor real de los ingresos.
En línea con este punto de inflexión tras dos años de crecimiento, durante 2024 la inversión en capacidades productivas superó los 1.466 millones de euros, lo que representa una caída del 12,3% respecto al año anterior. Aun así, esta cifra evidencia cómo los proveedores continúan invirtiendo para seguir siendo una industria competitiva, innovadora y adaptada a las necesidades de sus clientes.
Lo mismo sucede con la inversión en Investigación, Desarrollo e Innovación (I+D+i), que en 2024 alcanzó los 1.245 millones de euros, el equivalente al 3% de la facturación. A pesar de continuar siendo casi el triple que la media industrial en España, el dato supone también una ligera caída del 2% respecto a 2023, lo que refuerza la necesidad de políticas públicas que favorezcan el desarrollo de proyectos de innovación en nuestro país.
En cuanto al empleo, en 2024 el sector ocupó a un total de 325.200 personas directa e indirectamente, manteniéndose el empleo directo prácticamente estable, con 203.250 trabajadores, una caída de apenas un 0,7%, caracterizándose por ser de calidad, repartido por toda la geografía y cada vez más avanzado tecnológicamente.
Estas cifras evidencian el compromiso de los proveedores de automoción con la adaptación tecnológica y el cumplimiento de los requisitos regulatorios, así como el esfuerzo de las empresas por preservar el talento y mantener su capital humano en un entorno especialmente complejo.
Sin embargo, tras varios años de crecimiento sostenido, el descenso en los volúmenes de inversión plantea el riesgo de una desviación de los proyectos hacia otros países más atractivos, con mayores incentivos y condiciones más favorables para el desarrollo industrial.
Por ello, desde la asociación insisten en la importancia de la colaboración público-privada y solicitan a la istración Pública la puesta en marcha de una estrategia país ambiciosa, realista y coordinada, que permita atraer inversiones, fortalecer la autonomía estratégica y consolidar el liderazgo de España en la transición hacia una movilidad más sostenible.
Más medidas de apoyo
“La industria española de componentes ha demostrado una gran resiliencia, pero el impacto de esta transformación sin precedentes, marcada por la descarbonización, la digitalización y las exigencias regulatorias, tiene implicaciones directas en los niveles de inversión y crecimiento de nuestras empresas. De ahí los descensos observados en algunos indicadores clave, como la inversión productiva o en I+D+i, que alertan sobre la necesidad de una estrategia país firme que contemple medidas de apoyo más decididas, en especial para las pymes, con el objetivo de lograr atraer a nuestro país inversiones y proyectos de futuro con los que seguir siendo competitivos”, ha señalado Francisco J. Riberas, Presidente de Sernauto.
En 2024, las exportaciones alcanzaron un total de 25.065 millones de euros, apenas un 0,3% menos que en 2023, manteniéndose en niveles récord y representando cerca del 60% de la facturación total del sector, lo que demuestra la fortaleza de la industria española de componentes en mercados internacionales y refleja la importancia del comercio exterior como palanca de crecimiento para las empresas.
Por su parte, la facturación en mercado nacional alcanzó los 16.174 millones de euros, con una evolución dispar: la cadena de suministro cayó un 6,7% (hasta los 9.419 millones de euros), mientras que el mercado de recambios creció un 7,3% (hasta los 6.755 millones de euros), consolidando su papel clave en la actividad del sector.
Según las primeras estimaciones, para este 2025 se prevé que, a pesar de seguir siendo un año duro, la facturación se mantenga con respecto a lo alcanzado en 2024, en línea con la ralentización motivada por volúmenes bajos de producción, gran incertidumbre a nivel global, márgenes ajustados y rentabilidad baja.