No sé, quizá tarareando la canción de José María Cano ha salido el titular de esta columna. Me gustaría hacer notar que hablo de creer, y la canción de olvidar. Para el olvido siempre hay tiempo, algo que termina llegando de forma inexorable y de forma especial en la política, y de manera muy particular en la persona del político que prometió y mintió. Muchos, demasiados en tan poco tiempo, medio siglo de democracia. Parecen de los nuestros, prometen, juran en arameo que con ellos se acabará la corrupción, el nepotismo, el sectarismo, los ataques a la judicatura y al periodismo que no traga el fango líquido de los abrevaderos del Psoe. Luego todo vuelve a lo conocido, y así, quedamos advertidos de lo que nos quedará por conocer. Nos engañan con debates ideológicos, pero desde hace mucho en España el debate no es ideológico, es sobre el poder, aunque luego no se sepa qué hacer con él, pero de eso se trata. Sánchez lo tiene, pero no sabe cómo aplicárselo a un Gobierno paralizado e inoperante.
No entendí muy bien lo del domingo pasado. Eso de que el Pp llamara a los ciudadanos bajo el lema de “Mafia o democracia”, para escuchar después a un moderado, tímido e insuficiente Núñez Feijóo, me encaja mal. Insuficiente, digo, porque no está hecho para destacar entre las multitudes, lo que sí sabe hacer Isabel Díaz Ayuso, el nombre que en secreto envenena los sueños del presidente del Pp.
Señora Gamarra, la mafia es una organización criminal. Un clan, una banda, una red delictiva y un sindicato del crimen. Espero que se aclaren un día de estos
Todos debemos sosegarnos algo. Llamar a miles de personas para que elijan entre la mafia o la democracia es un exceso verbal que a mí no me parece inocente, y sí peligroso. Es una barbaridad que, en primer lugar, victimiza a Sánchez, y después termina pasando factura y calentando las cabezas de tipos que ya nacieron con ella caliente y atribulada. Escucho a Cuca Gamarra cuando le preguntan en Onda Cero por este lema de la pancarta, y la secretaria general se hace un lío, y yo, oyente en ese momento, quiero pensar que esta señora no sabe muy bien qué es.
Al poder, ya que no se trata de ideas, no se puede ni debe llegar desde el exceso y el abuso de las emociones. Y si emparejas al Psoe con la mafia, y a su jefe lo declaras mafioso, has de tener el valor luego de explicarlo. Señora Gamarra, la mafia es una organización criminal. Un clan, una banda, una red delictiva y un sindicato del crimen. Espero que se aclaren un día de estos.
A diferencia del Pp, para hablar del sanchismo ya no me quedan palabras. He agotado todos los adjetivos, y puesto que esto va a durar mejor será istrarlos bien. Fiel partidario que soy de la ecuanimidad, y declarado enemigo de la equidistancia política, es desde donde digo y escribo que me cuesta mucho creer a Feijóo. El pasado perturba a todo aquel que no desea olvidar, y por eso su apelación al centro y a la moderación la escuché impertérrito, como si yo mismo formara parte del conjunto escultórico que hacen don Quijote y Sancho presidiendo la Plaza de España.
Me cuesta creer a Feijóo, sobre todo cuando la cámara de televisión me ofrecía un primer plano de Aznar, Rajoy, Mazón... Las cloacas las pinta el tiempo una vez de rojo clavel, otras de azul gaviota. Cambian las siglas, fallan los mismos resortes. Cambia el presidente, permanece el afán presidencial acomodado al poder, al sillón de mis entretelas, que decía el añorado Forges.
Si Feijóo quiere que le creamos, -al menos algunos- que cambie cuanto antes la segunda línea de su tribuna cada vez que toma la palabra. Cuando el Papa habla de la necesidad de creer en Dios no lo hace teniendo detrás al demonio
El domingo pasado Esperanza Aguirre, que ahora regala doctrina dizque liberal en sus artículos, nos advertía de que Sánchez nos quiere convertir en venezolanos, algo que los madrileños ya sentimos cuando la entonces señora presidenta de la Comunidad de Madrid tuvo a sus dos vicepresidentes en la cárcel. Estar en contra de Sánchez no implica estar dispuestos a olvidar. El olvido que seremos es el hermoso título de una gran novela de Héctor Abad Faciolince, pero yo no quiero ser eso, olvido, mientras estoy vivo. Si el lector tiene la paciencia de poner en un buscador la leyenda de “casos de corrupción del Pp” ha de estar dispuesto a echar la mañana. Por eso es por lo que Feijóo ha de demostrar que va en serio, y aprovechar la ocasión de reconocer los errores de su partido, para mostrarse así como un hombre nuevo en el que se pueda confiar.
Me cuesta mucho creer a Feijóo cuando habla de corrupción y tiene detrás a dos expresidentes que, o bien la conocieron o no supieron qué hacer con ella cuando se instaló en la misma sede de la calle Génova. Si Feijóo quiere que le creamos, -al menos algunos- que cambie cuanto antes la segunda línea de su tribuna cada vez que toma la palabra. Cuando el Papa habla de la necesidad de creer en Dios no lo hace teniendo detrás al demonio. A veces el atrezo es el mensaje. Aznar, Rajoy, Mazón, Esperanza Aguirre…Mafia o democracia, ¡ay qué risa, tía Felisa!
He conocido a todos los presidentes de la democracia. A todos los he escuchado prometer cambios radícales, limpieza, regeneración democrática, reformas en la istración, respeto al Parlamento, disposición para atender a los medios cuando sean reclamados, fe en la separación de poderes, pero esto sólo sucede cuando prometen. Cierto, de todos los presidentes, el actual es el peor y más descarado con mucha diferencia. Mentiroso compulsivo, a veces recuerda a otros que tuvieron el poder de la mayoría absoluta, que este no tiene, y se fumaron un puro.
¿Son diferentes a ellos?
No sé quién le vendió al moderado Feijóo la pancarta con la leyenda de mafia o democracia. De asesores no debe andar muy bien, y lo digo por los resultados. Pero alguien debería recordarle que cuando el que manda no tiene voluntad de irse, de rendirse y de convocar elecciones, el agotamiento lo puede sufrir el que manda, pero también el aspirante si no istra bien los tiempos. El poder desgasta sobre todo al que no lo tiene y lo busca. Sánchez no tiene fuerza, cierto, pero dispone de formaciones que le apoyan y tienen entre sus prioridades que el Pp no llegue a gobernar. Prepárese porque esto puede durar. Explíquese. Y no nos hable desde la verdad de un Pp limpio, capaz de criticar la corrupción de estos gualdrapas que gobiernan, pero no la de los suyos cuando mandaron. ¿Son diferentes a ellos? Pues explíquese señor Feijóo, explíquese. Poner el contador a cero tiene sus riesgos. Pero también beneficios. Determinación, valor y tiempo.
Acontracorriente
10/06/2025 09:04
No hay quien le crea. No se cree ni él
KVLT
10/06/2025 09:48
No se puede ser más torpe. (Hablo de Feijóo, no de Madero). Montas la manifa con el lema "Mafia o Democracia", te subes al estrado, y reivindicas "el centro". ¿El centro entre la mafia y la democracia? ¿Quién le escribe los discursos a este hombre?
fausto
10/06/2025 14:53
Erigirte en adalid de la democracia frente a la "mafia" cuando tu portavoz veraneó con un contrabandista (narcotraficante) pues... Cuando hace dos días enchironan a tu ex secretario de Estado en el Ministerio de Interior, q supuestamente había montado una 'policía patriótica', pues... Que Feijoo no es 'el elegido' está fuera de toda duda, para mi. Ni Isabelita la fantástica, dicho sea de paso. La riada de la dana se llevó a Mazon por delante(metafóricamente). Qué vamos a decir de Santiaguito, fiel sirviente de, entre otros varios méritos.