Miércoles, 11:30 horas de la mañana. Los juzgados de Plaza de Castilla de Madrid comienzan a llenarse de policías nacionales, guardias civiles y ciudadanos que quieren apoyar a los jueces y fiscales que están hartos de los continuos ataques que están recibiendo por parte del Gobierno. Durante 10 minutos, han colgado sus togas, han paralizado sus juicios y han salido a la calle para mostrar su hartura ante las reformas que el ministro Félix Bolaños quiere llevar a cabo y que pretenden cambiar la estructura del Ministerio Fiscal y el a la Carrera.
Unos cambios que, a juicio de los togados, van encaminadas a convertir al Poder Judicial en un poder con minúscula, un poder más débil en su función de contrapeso del poder político, más maleable y sensible a las presiones mediáticas y del poder, en la senda de las democracias liberales que, por eso, no lo son realmente.
Y es que, lo han dejado muy claro, si no les escuchan, irán a huelga porque las reformas impulsadas por el Gobierno tienen lugar en un ambiente de continuo ataque al poder judicial y de descrédito de la Fiscalía, con declaraciones políticas que deslegitiman las resoluciones judiciales que molestan. El manifiesto lo han leído cinco representantes tras gritos de apoyo del resto de los compañeros de "independencia judicial" y de "si no hay justicia, no hay libertad".
Durante este parón se han visto rostros conocidos como, por ejemplo, el del magistrado Adolfo Carretero, que actualmente se encuentra investigado al exdiputado Iñigo Errejón por la denuncia presentada por la actriz Elisa Mouliaá; Marta Castro, acusación popular de causas que giran en torno al Gobierno y a Macarena Olona.
Las aproximadamente 100 personas que había en el lugar no han cesado en sus cánticos como forma de apoyo y han acudido con un sinfín de pancartas que, además, respaldaban al juez Juan Carlos Peinado, que es el titular del juzgado de Instrucción Nº41 de Madrid y que se encarga de investigar la causa que se sigue contra Begoña Gómez, la esposa del presidente de Pedro Sánchez, y que ha sido siempre duramente criticado. Estos ciudadanos también han querido expresar su malestar contra el Gobierno al grito de "Familia Castejón, todos a prisión" o "no es un Gobierno, es una mafia".
En el Supremo y en la Audiencia Nacional
La Plaza de Villa de París situada entre dos de los edificios más emblemáticos de la Justicia española se ha convertido en otro de los escenarios protagonistas del parón de esta mañana. Más de cien jueces y fiscales del Tribunal Supremo y de la Audiencia Nacional, incluido su presidente, han dejado los pasillos de ambos edificios para sumarse a la protesta en contra de las reformas de Bolaños.
En el lado del alto tribunal se ha podido ver el rostro de magistrados como José Luis Requero, Antonio del Moral o Wencesao Olea, acompañados de del Gabinete Técnico. Al otro lado del parque en la Audiencia Nacional su presidente Juan Manuel Fernández ha salido escoltado por cuatro de los seis jueces centrales de instrucción y por el fiscal jefe Alejandro Luzón.
Esta inusual imagen ha contado como pistoletazo de salida el discurso de la presidenta del TS y del CGPJ desde Alicante. Isabel Perelló ha expresado su apoyo a todos los magistrados del alto tribunal y a los de la Carrera Judicial que soportan "descalificaciones constantes de quienes discrepan de sus decisiones".
También, ha hecho un llamamiento a autoridades y particulares para que recuperen el respeto que merecen los tribunales y quienes los sirven y ha tildado las manifestaciones públicas que cuestionan a jueces concretos de "impropias de un Estado democrático avanzado" al minar la confianza de los ciudadanos.
Este discurso llega tras el apoyo mostrado este martes por varios ministros al fiscal general del Estado tras su procesamiento. El Gobierno ha salido en defensa de U criticando, así, la resolución del magistrado del Supremo Ángel Hurtado.
Pontevedresa
11/06/2025 20:23
A que nivel de degradación nos ha llevado este infame gobierno para que ocurra en España algo insólito, los jueces y fiscales por toda España haciendo un plante para protestar por el disparate que pretende perpetrar el indigno ministro de Justicia, metiendo en tromba a más de mil personas sin la preparación necesaria para ejercer como juez, rebajando el nivel exigente que semejante tarea exige, para meter a gentes de su cuerda, es decir rebajar el nivel de calidad de nuestros jueces y fiscales. Y el muy chulo se ha permitido decir que sigue adelante su proyecto de ley. Ya no nos podemos limitar a protestar, la indignidad se ha apoderado de este gobierno, y los siete enanitos dirán amén a todo lo que proponga el sátrapa. Estamos en una situación crítica, al borde del precipicio.