Cultura

Boicot propalestino a los festivales españoles: ¿fue un éxito o un fracaso ?

Sónar es el principal afectado por una campaña contra el fondo de inversión KKR

  • Jóvenes bailongos en Sónar de Día (ScannerFM)

Hace unas tres semanas, el diario progresista El Salto publicó un artículo pidiendo el boicot contra festivales participados por el fondo de inversión KKR. El motivo que invocaban es que este fondo financia empresas de ciberseguridad en Israel y portales inmobiliarios que operan en territorios ocupados. Desde entonces, se han producido diferentes tomas de posición que hacen posible valorar hasta qué punto su campaña ha tenido éxito. Podemos empezar mencionando que el gobierno de Pedro Sánchez se ha sumado sin ambages a esta acción. El ministro de Cultura, Ernest Urtasun, explicó el pasado 17 de mayo que KKR "no son bienvenidos en España, no son bienvenidos a la cultura española”.

Parece un posicionamiento radical, pero podría serlo mucho más. El portavoz parlamentario de Izquierda Unida, Enrique Santiago, diputado y exsecretario de Estado de Sánchez, había reclamado en esos días que el Gobierno no autorizase la celebración de los festivales de KKR, mediante sus respectivas delegaciones en las comunidades autónomas. Su argumento sería que la empresa fomenta la "limpieza étnica". Santiago mencionó por su nombre a los festivales Resurrection Fest, Son do Camiño, Viña Rock, Sónar, Arenal Sound y Monegros Desert Festival. Podemos decir entonces que la campaña ha triunfado en el sentido de estigmatizar a la empresa, pero no en suspender la autorización a esos festivales, tal y como pedía Santiago.

Descartado que el gobiero no fuese a autorizar los festivales, la campaña se centró en pedir a los grupos participantes que dimitieran del cartel o anunciaran que no volverían a tocar en estos macroconciertos veraniegos.Y en que el público deje de comprar entradas. Entre las bandas que se han negado a volver a Viña Rock mientras sea propiedad de KKR destacan Reicidentes, Porretas, Fermín Muguruza, Los de Marras, Sons of Aguirre y Fermin Muguruza.

También se sumó al boicot el dúo hip-hop de extrema izquierda Los Chikos del Maíz, que han destacado por su interpelación a que otros artistas se sumen a la iniciativa  A veces, en tono agrio y desafiante: "el año que viene van a tocar en Viña Rock Bertín Osborne y Taburete", dijeron en una reciente entrevista con El País. Luego se quejaron de la falta de implicación de otros compañeros. "De nosotros se espera por coherencia que no nos sumemos, pero me gustaría que lo hicieran otro tipo de grupos. ¿Qué pasa, que Melody o Carolina Durante sí tienen derecho a colaborar con un genocidio?”, plantean. También piden que sea el público quien deje de comprar entradas para estos festivales. El Viña se celebra en mayo y entonces se verá la postura de los fieles.

"Somos autónomos"

El grupo albaceteño de trash metal Ángelus Apátrida explicó su postura de condenar los bombardeos del estado  israelí a Palestina pero mantener su concierto en el macrofestival gallego Resurrection. "Somos una pequeña empresa de trabajadores y autónomos donde la mayor parte de nuestros ingresos proviene de grandes festivales por todo el mundo", explicaban. "Al igual que ocurre con KKR, con Blackrock, JP Morgan, por nombrar algunas de las firmas más grandes, están presentes en miles de empresas y corporaciones de las que hacemos uso a diario y contribuimos con nuestro dinero, no solo en la industria musical o del ocio", continúa. "Por ver algunos ejemplos: Repsol, Amazon, Apple, HP, Carrefour, Iberdrola, Naturgy, Inditex, Banco Santander, BBVA, Spotify, Coca Cola y así una lista infinita de compañías que tienen de inversores a KKR u otras firmas similares y colaboran de manera directa o indirecta con la industria armamentística mundial", afirman.

La Generalitat catalana apoya a quienes se retiran del Sónar, un gesto extraño ya que subvenciona el festival con 250.000 euros

El festival más afectado hasta la fecha es el Sónar de Barcelona, donde más de 30 artistas se han dado de baja tras la polémica de los vínculos de KKR con la ocupación. Entre ellos, se ha retirado la cabeza de cartel Arca, una artista venezolana trans muy popular entre el público moderno. También destaca el rechazo del francés Rone x (La) Horde. Ninguno ha hecho explícto el motivo, pero todos lo dan por hecho. Las renuncias han sido suficientemente relevantes como para que Sónar haya decidido devolver el importe de las entradas a todo aquel que lo pida. Para evitar la sangría de asistentes, la organización del Sónar ha emitido un comunicado condenando "el genocidio del pueblo palestino" y declarando que KKR no interviene en ningún aspecto de la gestión cotidiana del festival.

Las aclaraciones no ha surtido gran efecto, hasta el punto de que la Generalitat de Cataluña ha apoyado a los grupos que se dan de baja. La portavoz del Gobierno catalán, Silvia Paneque, dijo el martes que el ejecutivo "comparte expresarse y limitar los ámbitos donde empresas de matriz israelí puedan actuar o sacar un provecho" (en lenguaje llano, apoyan a quienes se retiran). La contradicción del razonamiento radica en que la Generalitat aporta 250.000 euros de subvención al Sónar, según publica Ara y otras cabeceras de prensa.

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