Cataluña

La cultura de la 'cancelación' llega a los festivales barceloneses, en la picota por Israel y el catalán

Una treintena de artistas se apean del Sónar por su vínculo con un fondo israelí mientras el nacionalismo critica al Primavera Sound por ignorar el catalán

  • Asistentes al Primavera Sound -

 

Distintas voces han apresurado a decretar la muerte del movimiento 'woke'. Sin embargo, una de sus más conocidas manifestaciones, la cultura de la 'cancelación', sigue operativa, como demuestran casos recientes como el de la actriz trans Karla Sofía Gascón —pese a su relativa recuperación social—. En este sentido, dos de los más conocidos festivales de música que se celebran en Barcelona, el Primavera Sound, dedicado al género independiente, y el Sónar, centrado en la electrónica, están sufriendo estos días a un boicot de naturaleza ideológica por parte de artistas y medios de comunicación. En ambos casos, es la primera vez que se enfrentan a un señalamiento de estas características. Si bien, los motivos de uno y otro ataque son muy diferentes.

 

En el caso del Sónar, una treintena de artistas se han dado de baja del festival por su vinculación con el fondo israelí KKR. Este fondo ha sido objeto de críticas en las últimas semanas porque, según algunas informaciones, tendría intereses en asentamientos en territorio palestino. Negocios que, en mitad de una ofensiva de Israel contra la Franja de Gaza —que algunos sectores juzgan un "genocidio"—, son vistos como ilícitos. Por este motivo, ayer mismo la artista venezolana Arca y el francés Rone x (LA)HORDE anunciaron que cancelaban su participación en el festival, sumándose así a los músicos que ya lo han hecho —entre ellos, EYRA, DJ Paca, ABADIR o Le Motel—. Asimismo, también se ausentarán entidades que llevaban a cabo actividades en el evento como la Universidad Pompeu Fabra o la BAU College of Arts and Design Barcelona.

 

"Nunca hemos enviado —ni enviaremos— un solo euro a KKR. Podemos garantizar que, tras cubrir los costes, todos los beneficios serán reinvertidos, en su totalidad, en futuras ediciones de Sónar", han anunciado los organizadores, tratando de contener los daños. Por su parte, Superstruct Entertainment —la división festivalera que forma parte de KKR— ha aclarado que "todos los ingresos y beneficios de los eventos y festivales permanecen en su totalidad dentro de la empresa y van hacia el desarrollo y organización de festivales por todo el mundo", negando así cualquier ligazón con las actividades israelíes de KKR.

 

La Generalitat respalda la 'cancelacion'

No obstante, estos comunicados no han logrado frenar la hemorragia de cancelaciones. ni mitigar el clima de hostilidad contra el evento. De hecho, ni siquiera la Generalitat ha permanecido neutral, posicionándose a favor de los artistas que han renegado del Sónar al suscribir el "hecho de expresarse y limitar los ámbitos donde empresas de matriz israelí puedan actuar o sacar provecho", señaló el martes la portavoz del Ejecutivo, Sílvia Paneque. "El Govern cree que debe haber muestras de rechazo a las líneas traspasadas", manifestó. Sin ir más lejos, la Generalitat cerró recientemente la 'embajada' que mantenía en Tel Aviv en señal de protesta por las hostilidades en Gaza.

Paralelamente, el Primavera Sound fue señalado ayer por distintos medios nacionalistas por su falta de "compromiso" con la lengua catalana. Y es que, pese a la "emergencia lingüística" que vive este idioma según estas voces, solo cuatro de los 160 artistas que participan en el evento cantan en catalán —Guineu, Llum, Maig y Fades— lo que representa el 2% del cartel. A este respecto, la mayoría de artículos han señalado que el Primavera Sound es uno de los festivales que reciben más subvenciones públicas —más de tres millones y medio entre 2014 y 2023, según desveló 'Crític'—. Por lo que, bajo la óptica nacionalista, el festival debería contratar a más artistas catalonohablantes. 

En esta línea, el 'lobby' secesionista Plataforma por la Llengua lleva varios años denunciado que el Primavera Sound no es un evento 'catalanfriendly' —como sí lo es, por ejemplo, el minoritario Canet Rock— por lo que no debería percibir más ayudas. De su parte, los organizadores —que en 2017 mostraron su apoyo los detenidos por el 1 de Octubre— alegaron que son un festival "orgullosamente 'creado en Barcelona" y que "siempre tienen en cuenta la escena catalana", pero que dependen de los ciclos de giras y publicación de discos.

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