El postparto es un momento en el que las madres tienden a preocuparse más por sus bebés recién nacidos que por ellas mismas. Pero cuidarte es clave para recuperarte de mejor forma y más rápidamente. La autoexigencia, la falta de tiempo y la culpa son algunos de los principales obstáculos que dificultan el autocuidado de las madres.
Según el estudio La Hora de Cuidarse del Club de Malasmadres y DKV Salud, el 95 por ciento de las mujeres reconoce dedicar menos tiempo a sí mismas tras convertirse en madres. Además, nueve de cada diez madres sienten culpa cuando priorizan su bienestar personal.
Estos datos reflejan una realidad: el autocuidado materno continúa siendo una asignatura pendiente. Los expertos de PronoKal® nos explican que “cuidar de la propia salud no es un acto egoísta, sino una necesidad que impacta positivamente en el bienestar familiar, laboral y emocional. Reconocer la importancia de su labor, fortalecer los lazos familiares, expresar gratitud y fomentar el autocuidado son acciones fundamentales que contribuyen positivamente a la salud mental y emocional de todos”.
El postparto: el primer reto del autocuidado
El postparto es una de las etapas más sensibles para el bienestar físico y emocional de la madre. El cansancio, la recuperación física y los cambios hormonales hacen que encontrar tiempo para una misma resulte difícil. Es un momento en el puede que duermas peor, te notes más cansada y tengas más estrés ante nuevos retos a los que te vas a enfrentar. Por eso, es necesario que empieces por cuidarte a ti misma para cuidar de los demás en una etapa tan feliz como es la del nacimiento de un bebé.
Tener unos minutos para ti es clave para sentirte bien en el postparto. Foto: Pixabay.
Recuperar el equilibrio es posible con pequeños gestos:
- Hidrátate y descansa siempre que puedas: el cuerpo necesita agua y sueño para recuperarse del embarazo y el parto y es algo muy importante que no debes olvidar. Intenta beber suficiente agua a lo largo del día y prioriza dormir cuando el bebé también duerma. Recuperar energías te ayudará a sentirte mejor física y emocionalmente y te hará sentir mejor contigo, con tu bebé y con los que tienes alrededor.
- Opta por comidas fáciles y saludables: frutas, verduras, proteínas de calidad, frutos secos y grasas buenas como el aguacate. Alimentarte bien no solo te ayudará a recuperar fuerzas, también a mantener el ánimo y evitar el típico bajón de energía tras las comidas. Evita comidas muy grasientas, refrescos o demasiado café que te pueden hacer estar más ansiosa de lo habitual.
- Muévete para sentirte mejor: el ejercicio regular no solo mejora el ánimo y la energía, también ayuda a fortalecer músculos y huesos, algo clave tras el embarazo y de cara al futuro. Incorporar ejercicios de fuerza de forma progresiva favorece la movilidad, protege la salud ósea y mantiene el metabolismo activo. Como siempre, consulta con tu médico para saber cuándo puedes empezar a hacer ejercicio y cuáles son los entrenamientos más adecuados para ti en esa etapa de tu vida.
Un equilibrio en todas las etapas
A medida que los hijos crecen, muchas madres siguen priorizando las necesidades de su familia por encima de las suyas. "Muchas madres sienten que cuidarse es un acto egoísta, cuando en realidad es una necesidad esencial. No se trata de elegir entre una misma o su familia: cuando una madre se prioriza, está invirtiendo en su salud física, emocional y en el bienestar de todo su entorno", explica Pilar Morales, responsable de coaching de PronoKal®. "Promover pequeños gestos diarios de autocuidado permite construir un equilibrio duradero y afrontar la maternidad con más energía y confianza”.
No te olvides de cuidarte en el postparto. Foto: Pixabay.
Cuidarse no es un acto egoísta, es una demostración de amor propio que también repercute en quienes nos rodean. Adaptarse a cada etapa de la maternidad con comprensión y amabilidad permite construir un bienestar duradero. Porque cuando una madre se prioriza, toda la familia crece con ella. Al respecto, la experta propone algunas estrategias para ayudar a las madres, en cualquier etapa de la maternidad, a integrar el bienestar propio en su rutina diaria:
- No te sientas culpable por dedicarte tiempo: Cuidarte no significa descuidar a tu familia. Al contrario: cuando una madre está bien, todo su entorno mejora. Priorizar tu salud también es una forma de cuidar de los demás.
- Descanso y recuperación. El cuerpo necesita tiempo para sanar después del parto. Dormir cuando el bebé duerme, evitar el exceso de visitantes y reducir la carga de tareas del hogar ayuda a recuperar energía y prevenir el agotamiento físico.
- Planifica comidas fáciles y saludables: Organizar menús semanales sencillos con alimentos frescos (verduras, frutas, proteínas de calidad y grasas saludables) facilita comer bien incluso en días caóticos. Además, son opciones que también cuidan a toda la familia.
- Consumir alimentos ricos en hierro, calcio, proteínas, fibra y líquidos (especialmente agua) favorece la cicatrización, la producción de leche materna y el bienestar general. Evitar dietas restrictivas, especialmente en los primeros meses.
- Encuentra pequeños momentos para moverte: No hace falta pasar horas en el gimnasio. Caminar, hacer ejercicios rápidos en casa o dedicar 10 minutos a estiramientos ya suma mucho para tu bienestar físico y mental.
- No dejes para el final tu bienestar mental y emocional: Dedicar unos minutos al día a respirar profundo, desconectar o practicar mindfulness ayuda a gestionar mejor el estrés y afrontar el día con más calma.
- Cuidado del suelo pélvico. Realizar ejercicios de Kegel (una vez que el médico lo autorice) fortalece los músculos del suelo pélvico, ayudando a prevenir incontinencia urinaria y mejorar la recuperación postparto.
- Actividad física gradual. Tras la aprobación médica (usualmente entre 6-8 semanas después del parto), iniciar caminatas suaves y ejercicios postnatales ayuda a recuperar fuerza, mejorar el estado de ánimo y prevenir problemas como la trombosis.
